Cómo hacer planificación corporativa
En el entorno empresarial actual, las empresas están desarrollando una amplia variedad de planes para responder a la creciente complejidad del mercado, las demandas de los consumidores, los desafíos regulatorios y los cambios tecnológicos. ¿Qué tipos de planes hay en una empresa? En este artículo analizaremos el proceso común a los distintos planes.
BUENAS PRÁCTICAS
1/21/20256 min leer


1. Reflexión
1.1. Alcance
Se define claramente el propósito del plan, su ámbito de aplicación y los actores involucrados. Este paso es esencial para alinear expectativas, establecer límites claros y garantizar que el plan sea relevante y factible. Entre los aspectos que se deben definir encontramos:
Definición del propósito del plan: Identificar la necesidad que motiva su creación (por ejemplo, resolver un problema, aprovechar una oportunidad o cumplir un objetivo estratégico).
Determinación del alcance: Delimitar las unidades de negocio, procesos o tecnologías que serán impactados por el plan, así como el horizonte temporal que se va a evaluar.
Identificación de los involucrados: Establecer los responsables del desarrollo del plan, colaboradores clave y partes interesadas.
1.2. Diagnóstico AS IS
Se realiza un examen detallado de la situación actual de la organización y su entorno. Aquí se trata de identificar las brechas, problemas y desafíos existentes, así como las fortalezas que pueden ser aprovechadas. Algunas actividades que pueden ayudar a desarrollarlo son:
Evaluación del desempeño actual: Análisis de métricas clave, indicadores y resultados históricos.
Mapeo de procesos y capacidades: Identificación de puntos críticos y áreas de mejora en la operación.
Detección de brechas estratégicas: Comparación entre el estado actual y el desempeño esperado.
Al final del proceso se obtiene una radiografía de la situación actual que sirve como base para evaluar qué objetivos querremos lograr a través del plan.
1.3. Objetivos TO BE
Se define la visión del futuro deseado. Los objetivos proporcionan dirección al plan y guían la elaboración del plan de acción en la fase posterior.
Identificación de aspectos mejorables: Partiendo del análisis AS IS, se pueden identificar aquellos aspectos de la situación actual que son susceptibles de mejorar.
Evaluación de alineamiento con la estrategia: Revisión de los aspectos mejorables detectados para evaluar cuáles se alinean con la visión de la Dirección y, por tanto, se pueden considerar objetivos del plan.
Establecimiento de indicadores de éxito: Definir métricas para evaluar el progreso hacia los objetivos.
Al final del proceso se obtiene un listado de los retos que deben abordarse en el plan, con una primera aproximación del resultado esperado en forma de métricas.
2. Planificación
2.1. Plan de acción
Una vez establecidos los objetivos que se quieren alcanzar, se establecen los proyectos que hace falta llevar a cabo para conseguirlos. En el proceso de búsqueda de proyectos e ideas conviene que intervenga el mayor número posible de integrantes de la empresa. De esta forma, se consigue el mayor número de ideas, que pueden agruparse en un listado de proyectos potenciales. Todos ellos se evaluarán someramente para identificar costes y beneficios para la empresa y se priorizarán para seleccionar los proyectos de mayor impacto y menor coste.
Al final de este proceso se obtiene un listado de acciones para las que se define:


2.2. Impacto
El impacto del plan se medirá a través de métricas, que permiten establecer los objetivos cuantitativos de cada proyecto. De esta forma, se puede valorar el desempeño del plan sobre los objetivos planteados inicialmente, así como sus impactos sociales y ambientales. Existen dos metodologías principales:
KPIs (Key Performance Indicators): son métricas específicas que se utilizan para medir el rendimiento de una actividad, proceso, equipo, o estrategia en relación con los objetivos previamente establecidos.
OKRs (Objetctives and Key Results): son un marco de trabajo utilizado para definir y rastrear objetivos y resultados medibles en una organización. Este método ayuda a alinear equipos, priorizar esfuerzos y medir el progreso hacia metas específicas.


3. Ejecución
3.1. Implantación
La implantación es un paso clave en el éxito del Plan. Una mala implantación podría desalinear el trabajo de los equipos con los objetivos del plan, generar ineficiencias y, en última instancia, incumplir los objetivos planteados. Para una buena implantación se recomienda:
Sistema de gobernanza: establece las responsabilidades de cada acción, presupuesto y métrica, así como los distintos roles en la ejecución del plan.
Plan de comunicación: comunica los objetivos corporativos a todos los equipos para asegurar el alineamiento. También comunica los avances cuantitativos y cualitativos del plan para garantizar una toma de decisiones basada en datos en todos los niveles de la empresa.
Con Corplanic la implantación del plan resulta especialmente sencilla. Basta con introducir la estructura del Plan y dar los accesos adecuados a cada usuario. De esta forma, todos los equipos son conscientes de los objetivos del Plan Estratégico. Además, cada responsable de proyecto podrá trasladar las responsabilidades en cascada, asegurando el alineamiento y una gestión orgánica adaptada a la naturaleza de la empresa.
2.3. Recursos necesarios
Una vez seleccionadas las acciones que se ejecutarán en el plan estratégico se puede sacar conclusiones sobre los recursos requeridos para llevarlos a cabo. Para ello, se pueden detallar:
Recursos económicos: Se deben analizar las inversiones requeridas en los proyectos, así como los cambios en la estructura de costes durante la ejecución del Plan. A continuación, se definirán las fuentes de financiación: caja disponible, endeudamiento, nuevos ingresos generados por los proyectos, entre otros.
Recursos humanos: Se establecerán las nuevas necesidades de personal que requerirá cada uno de estos proyectos, así como su encaje en la estructura organizativa actual. En algunos casos, la implantación de un plan estratégico requiere modificaciones en la estructura organizativa de la empresa.
Recursos tecnológicos: El desarrollo de un plan estratégico puede ser una oportunidad para definir tecnologías estratégicas que quieran utilizarse en la empresa. Pueden adquirirse de forma centralizada y ponerse a disposición de los distintos proyectos.
3.2. Seguimiento y adaptación
Un plan es una herramienta viva. Cada proyecto se irá encontrando por el camino con barreras que no se habían previsto en un primer momento. Además, vivimos en un entorno cambiante en el que no dejan de aparecer nuevas amenazas y oportunidades.
Por ello, resulta imprescindible establecer procesos de seguimiento de los tres elementos de la planificación:
Plan de acción: se mide el progreso y se evalúan los riesgos de retrasos e incumplimientos
Métricas: se analizan los impactos, se establecen objetivos y se realizan previsiones de cumplimiento.
Presupuestos: se calculan las desviaciones frente a las previsiones de gastos e ingresos previstos en relación con el avance de los proyectos alcanzado.
Con Corplanic el seguimiento del plan se produce de forma automática, conectando los sistemas informáticos de la empresa con el árbol de planificación para medir el progreso de los proyectos, el cumplimiento de las métricas y la desviación de los presupuestos. De esta forma, los analistas y responsables de cada proyecto se dedican exclusivamente a aportar valor, incrementando la eficiencia y permitiendo detectar desviaciones a tiempo para actuar.




En el entorno empresarial actual, las empresas están desarrollando una amplia variedad de planes para responder a la creciente complejidad del mercado, las demandas de los consumidores, los desafíos regulatorios y los cambios tecnológicos. No es raro ver cómo en algunas empresas se superponen varios de ellos, por ejemplo:
Plan estratégico
Plan de sostenibilidad
Plan de transformación digital
Plan de marketing
Plan de ventas
Plan de transformación organizacional
Plan financiero
Plan de continuidad de negocio
Plan de recursos humanos
Plan de igualdad
La diversidad de planes refleja la necesidad de gestionar múltiples dimensiones del negocio de manera coordinada, alineada con las demandas de los mercados y los retos del entorno actual. Esto refuerza la utilidad de herramientas como Corplanic, que permiten integrar, alinear y simplificar toda la planificación corporativa.
Aunque cada tipología de plan tiene sus objetivos y particularidades, existe un marco común que todos los planes pueden seguir y adaptar a sus necesidades particulares.
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